Sarah Lark
ED. Ediciones B
Páginas: 746
Sinopsis
Londres, 1852: dos chicas emprenden la travesía en barco hacia Nueva Zelanda. Para ellas significa el comienzo de una nueva vida como futuras esposas de unos hombres a quienes no conocen. Gwyneira, de origen noble, está prometida al hijo de un magnate de la lana, mientras que Helen, institutriz de profesión, ha respondido a la solicitud de matrimonio de un granjero. Ambas deberán seguir su destino en una tierra a la que se compara con el paraíso. Pero ¿hallarán el amor y la felicidad en el extremo opuesto del mundo?
No exagero si os digo dos cosas. La primera, que “En el país de la nube blanca” ha pasado directamente al número uno en mi ranking personal de mejores lecturas del año, y la segunda que, tal y como me acabé el libro, me arrepentí de no habérmelo leído antes habiéndolo tenido tantísimo tiempo en casa.
Siendo sincera, no lo empecé antes porque sus casi 750 páginas me echaban para atrás, lo veía muy largo y, por si fuera poco, un inicio de trilogía, pero la verdad es que nada más cogerlo me atrapó por completo.
La autora nos presenta esta historia mediante una narración en tercera persona que profundiza, sobre todo, en los pensamientos y sentimientos de las dos protagonistas, aunque cuando la ocasión lo requiere y a medida que van apareciendo más personajes esenciales, nos va mostrando también sus emociones, lo cual enriquece, más si cabe, la trama. El ritmo de la historia es constante, ya que durante su totalidad ocurren cosas que, aunque no siempre te tengan en vilo, hacen que no puedas parar de leer. Sarah Lark consigue que te intereses desde un primer momento por esas dos familias y mantiene ese interés hasta el final, lo que se ve favorecido por la contextualización histórica y la ambientación que ha creado de esa Nueva Zelanda en colonización.
En lo que respecta a los personajes, he de decir que me han gustado muchísimo: todos ellos tienen un trasfondo que los hace únicos y los diferencia del resto, lo que hace que empatices con ellos de forma casi instintiva. Aunque esto es un punto a favor, he de decir que las protagonistas, Gwyneira y Helen, son las que verdaderamente influyen en el lector por sus caracteres tan dispares pero, a la vez, por compartir una profunda amistad y una fuerza y valentía que hace que superen unos obstáculos tras otros.
Y como ya sabéis, os dejo las tres citas de rigor. Como me dejaron el libro no pude marcar las frases que más me habían gustado, pero ahora que ya lo he conseguido (¡viva!), he echado un vistazo rápido y he podido rescatar estas de aquí, que también me parecen preciosas.
“Se amaban a la orilla de lagos de montaña helados y de aguas transparentes como el cristal.”
“–Yo también echaré de menos muchas cosas, pero todos aprendemos a vivir con ello.”
“ –¿Nosotros? –preguntó de mal humor. asintió.
–Claro. Yo voy contigo. Estoy a tu lado.”
¿Alguien más que también haya descubierto a Sarah Lark a través de este libro?, ¿os ha gustado? A mi me ha conquistado. De hecho, ya tengo las continuaciones de la trilogía en mi estantería, a la espera (no muy larga) de que me vuelva a sumergir en la Nueva Zelanda del siglo XIX.
Nos leemos en la siguiente entrada. 😃
Marta González.
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