jueves, 27 de septiembre de 2018

El cuento de la criada #Reseña

El cuento de la criada
Margaret Atwood
Ed.- Salamandra
Páginas: 416

Empecé a ver la serie de El cuento de la criada cuando HBO la empezó a emitir. Soy seriefila a más no poder, y la verdad es que cuando una serie resuena tanto como resonó esta, en su primera temporada, no podía perdérmela y me encantó. La segunda temporada me tenía un poco intrigada, porque la novela solo llega hasta el final de la primera temporada, con lo cual en la segunda iban por libre, sin guión y se superaron. También es verdad que el mundo distópico que había creado Atwood daba para mucho y yo, que tuve que ver dos veces el último capítulo de la segunda temporada para asimilarlo, tuve que leer el libro acto seguido para entender todo lo que sucedía en Gilead y porqué.

Voy a hacer un análisis del libro en comparativa con la serie, porque creo que así quedará mucho más interesante. Pero antes de empezar la sinopsis:

En la República de Gilead, el cuerpo de Defred sólo sirve para procrear, tal como imponen las férreas normas establecidas por la dictadura puritana que domina el país. Si Defred se rebela —o si, aceptando colaborar a regañadientes, no es capaz de concebir— le espera la muerte en ejecución pública o el destierro a unas Colonias en las que sucumbirá a la polución de los residuos tóxicos. Así, el régimen controla con mano de hierro hasta los más ínfimos detalles de la vida de las mujeres: su alimentación, su indumentaria, incluso su actividad sexual. Pero nadie, ni siquiera un gobierno despótico parapetado tras el supuesto mandato de un dios todopoderoso, puede gobernar el pensamiento de una persona. Y mucho menos su deseo. 

Los peligros inherentes a mezclar religión y política; el empeño de todo poder absoluto en someter a las mujeres como paso conducente a sojuzgar a toda la población; la fuerza incontenible del deseo como elemento transgresor: son tan sólo una muestra de los temas que aborda este relato desgarrador, aderezado con el sutil sarcasmo que constituye la seña de identidad de Margaret Atwood. Una escritora universal que, con el paso del tiempo, no deja de asombrarnos con la lucidez de sus ideas y la potencia de su prosa.

El texto de Atwood parte de una premisa muy dura y complicada de creer, las mujeres han perdido toda su capacidad para controlar sus vidas y están clasificadas según la función que pueden desarrollas, Defred o June es una criada y según su puesto debe ayudar con la compra y a procrear. 
El texto es duro, sin duda y a través de recuerdos podemos ver como era la vida de June antes de que toda la locura estallara y como algo que en un principio parecía una locura se ha convertido poco a poco en la realidad que ahora vive.
El personaje de Defred es el que narra en primera persona y con muchas frases que podrían ser sus propios pensamientos, sin filtros, nos cuenta su día a día, sus experiencias y sus sensaciones. Si algo me ha llamado la atención es que la Defred del libro está mucho más adaptada a la vida que la de la serie y que en cierto modo es como si no opusiera resistencia a lo que le está pasando, sencillamente se deja llevar. La Defred interpretada por la gran Elisabeth Moss tiene más fuerza, es más rebelde y echa unas miradas que matarían si pudieran. Aunque, en ambas, queda patente la sensación de abandono y de necesidad de supervivencia.
El resto de los personajes, quedan bastante más difusos en el libro y pierden parte de su dureza, sobre todo Tía Lydia, uno de los personajes más odiados de la serie. También queda muy difuminada y es una lástima el personaje de Janine.
Sobre el argumento, ambas siguen más o menos la vida de Defred, no hay una trama muy contundente de presentación, nudo y desenlace, todo lo que cuentan es una analogía del sistema, es una crítica social, es una crítica al poder y a la religión extrema. Por lo tanto no nos importa tanto porqué pasan las cosas, lo importante es que son cosas que están pasando.

La estructura de la serie va del presente en el que Defred va contando su cuento a flashbacks en los que descubrimos como era su vida anterior, como he dicho antes, esto se convierte en muy visual ya que nos va introduciendo poco a poco en cómo pasan las cosas, y nos hace comprender mejor el miedo y la falta de esperanza que tienen las criadas.

Debo decir que me gustó más la serie que el libro, también porque está más desarrollada la historia y porque vale mucho la pena la interpretación de todos y cada uno de los personajes. Tengo que reconocer que mi favorita es Serena Joy y que los mejores capítulos, para mi, son los que nos muestran su historia previa, antes de Gilead y cómo una mujer lista y culta no solo permite lo que está sucediendo si no que ayudó a promoverlo y esta parte apenas se toca en el libro, simplemente algunas pinceladas. 

Voy a hacer lo mismo que hace mi compi de blog, Marta, y voy a citar algunas frases de esta novela porque sencillamente se lo merece:

“Una rata que está dentro de un laberinto es libre de ir a cualquier sitio, siempre que permanezca dentro del laberinto”

“Vivíamos, como era normal, haciendo caso omiso de todo. Hacer caso omiso no es lo mismo que ignorar, hay que esforzarse para ello.”

“Mejor nunca significa mejor para todos, comenta. Para algunos siempre es peor.”

Os recomiendo que veáis la serie, pero tened en cuenta que hay escenas muy duras. El libro también lo recomiendo, se lee rápido y son muy interesantes algunas de las reflexiones que hace la protagonista.

1 comentario:

  1. ¡Hola Cristina!

    Yo estuve muchos meses sin ver la serie, con la idea de leer primero el libro pero, este verano, tras asumir que me daba demasiada pereza ponerme con un libro tan duro, me animé con la serie y me ha encantado. Pero de momento no me planteo ponerme con el libro.

    Un beso

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