sábado, 24 de febrero de 2018

La piel del tambor #Reseña

La piel del tambor
Arturo Pérez-Reverte
Ed.- De Bolsillo
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Leí este libro hace algunos años, de hecho recuerdo que lo compré en el aeropuerto, en un viaje que hice a Alemania con el instituto, imaginad lo que ha llovido desde entonces, jeje. Lo que sí es verdad es que lo releí hace poco tiempo y tenía la reseña pendiente por ahí.


Un pirata informático que se infiltra en el Vaticano. Una iglesia barroca, en Sevilla, que mata para defenderse. Tres pintorescos malvados que aspiran a mantener viva la copla española. Una bella aristócrata andaluza. Un apuesto sacerdote-agente especialista en asuntos sucios. Un banquero celoso y su secretario ludópata. Una septuagenaria que bebe coca-cola. La tarjeta postal de una mujer muerta un siglo atrás. Y el misterioso legado del capitán Xaloc, último corsario español, desaparecido frente a las costas de Cuba en 1898.


Tengo que confesar que la primera vez que leí esta novela no le encontré el punto, puede ser también que el final me decepcionara y en aquel momento yo era más de finales sorprendentes que de disfrutar del trayecto. Así que cuando he vuelto a leer La piel del tambor casi quince años después de la primera vez, la he disfrutado mucho más, aunque el final me ha seguido decepcionado, lo tengo que decir.

En esta novela nos encontramos a un apuesto cura, Lorenzo Quart, acostumbrado a lidiar con su fe ya que en ocasiones actúa de manera poco ortodoxa aunque siempre para proteger a la iglesia, en este caso se verá implicado en una trama más compleja de lo que el suponía, ya que en Sevilla no solo tendrá que lidiar con una iglesia que asesina para protegerse, si no también con los encantos de Macarena Brumer y los celos del exmarido de ella que aspira a derribar la iglesia.

Como en toda novela del señor Pérez-Reverte, nos encontramos con personajes complejos, con un pasado que los ha marcado y que los ha llevado a tomar diferentes decisiones que afectan a su presente. En el caso de Quart su pasado lo atormenta y le hace plantearse hasta que punto sus acciones están justificadas por su fe y en el caso de Macarena tiene un peso bastante grande que descubriremos según avanzan las páginas.
Encontramos en esta historia también a Gris Marsala, una monja norteamericana que ayuda a restaurar la iglesia y que será el punto en el que se apoyará Quart para tratar de averiguar que está pasando en la iglesia, así como el padre Príamo un sacerdote, super bien dibujado, tosco y antipático, tradicional y que no se lo pondrá nada fácil a Quart.
Por último y no menos importantes tenemos a los malechores de esta trama, Don Ibrahin, La niña puñales y El potro del Mantelete un trío de malos dibujados de manera muy histriónica por parte del autor y que despiertan cierta simpatía según pasan las páginas, ya que por mucho que lo intentan y por muy serios que se ponen rara vez logran sus objetivos.

Si analizamos la estructura, podemos decir que es constante, tarda un poco en empezar la acción y los primeros capítulos cuesta entrar en ella, pero también es verdad que Arturo plantea muy bien la parte de misterio, por qué mata la iglesia, quién es el hacker y eso ayuda a seguir adelante hasta llegar a la parte que engancha. Una vez en el nudo, la estructura se mantiene y aunque es una historia con varias tramas paralelas están muy bien narradas y desarrolladas con lo cual se hacen bastante amenos los saltos de unas a otras.

Finalmente, tengo que decir que de los cierres de las tramas,  algunos que me han gustado mucho, pero uno en concreto que como me pasó la primera vez me chocó bastante y no me pareció nada acertado. Aún así he disfrutado mucho de esta novela por segunda vez y creo que vale la pena.

¿La habéis leído? 


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