Querido 2017,
¡Gracias!, ha sido un buen año, tampoco tenías el listón muy alto, tu predecesor 2016, fue un año horrible. Por lo tanto muy mal lo tendrías que haber hecho para ser peor. Pero no, la verdad es que has estado muy bien.
Has sido un año de estabilidad laboral, el segundo año en la empresa en la que estoy, por lo tanto más seguridad más confianza y sobre todo una mejora con respecto al primero.
Has sido un año de ubicación, ya que he encontrado mi hogar entre tus días, lo compré, me hipotequé, lo arreglé y lo he hecho un lugar acogedor.
Has sido un año de superación de miedos, terminar Noches sin luna y animarme a dar el gran paso de enviarla a editoriales ha supuesto toda un logro para mi. Hasta hace bien poco y a pesar de que siempre decía, yo quiero ser escritora... jamás lo había intentado en plan serio.
En la misma linea, has sido un año muy intenso en promoción, redes sociales y este blog. He sacado tiempo de dónde no tenía para escribir reseñas, para leer, para publicar fotos, para dar likes... un trabajo fuera del trabajo sin duda.
Has sido un año de cumplir sueños, New York ha sido impresionante. Gracias!
Has sido un año de conocer personas, una en especial que hace mis días más alegres.
Por lo tanto Gracias, vete tranquilo has cumplido los propósitos que deposité en ti hace más o menos un año, te recordaré con cariño y posiblemente dentro de algunos años hablaré de ti cuando recuerde algunas de las cosas vividas.
En cuanto a ti, 2018, prepárate por que esto viene fuerte.
Vas a tener que lidiar con la falta de tiempo para cumplir propósitos, eso ya te lo voy adelantando.
A ti, te propongo que a lo largo de tus días se cumpla uno de mis sueños, sí otro, que tengo varios y de distintas categorías, a ti te va a tocar ser el año en el que de una u otra forma Noches sin luna, y quizás algo más, vea la luz.
Tu y yo vamos a tener que trabajar duro, para que mis proyectos salgan a flote y que los pasos que me propuse dar se vayan cumpliendo.
A ti te va a tocar ser el año en que escriba mi cuarta novela, y te voy avisando de que cuando me pongo a escribir de manera compulsiva soy difícil de tratar.
A ti te propongo que seas mi cómplice para seguir aprendiendo en este mundo literario. Para ser lo suficientemente humilde para aprender de los errores, que cometeré algunos seguro, y ser capaz de seguir mirando hacía delante ante los obstáculos.
Y a todos estos propósitos debemos de añadirle los giros del destino, que en ocasiones nos empujan hacía delante y otras nos frenan en seco. Si vas a ser de estos últimos 2018, por favor, no seas demasiado cruel conmigo.
Ah, y que no se me olvide, tienes la responsabilidad más importante de todas, debes ser el año en el que sigo siendo muy feliz.
Tienes un trabajo complicado, pero saldremos sin problema y justo dentro de 365 días tú y yo nos veremos la caras para valorar que tal te has portado.
Mucho ánimo conmigo, que este año vengo exigente.
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